:: Ejecución ::
Agujeros celestes contorsionan las miradas que se ubican en la mitad de la jornada larga de la existencia. Cuento corto, destellos bombardean la prudencia y siempre se camina en procesión y en solitario cuando creas, cuando amas y cuando sufres. Las acacias y el sol en sus manos, brotan por calles antiguas y desordenadas que camino a diario cuando la ciudad es una burbuja que no quise abandonar. En la provincia somos de la provincia. Alejados del otro país, ahora es muy probable que te informes con sopaipillas pasadas a verdad, en una esquina cualquiera, metiendo un dedo, de repente una foto, de repente las redes, de repente la mano quebrada, los dedos oxidados, los ojos dibujando paneles al frente de la cabeza, llamando, sonando ocupado, en la telepatía replicada de los satélites transnacionales, y el cuerpo de repente se puso plástico, indeleble, inmortal, imperecedero, y ya no lloramos, ya no reímos, no fornicamos ni podemos bañarnos en el mar, el cuerpo pesa tone