¿Y quienes somos para citar la palabra como el escupitajo sagrado de los dioses, para enjaular los pájaros divinos que quisieron volar, a expensas de la negación silvestre de la esperanza?.
7.27.2018
:: Ejecución ::
7.23.2018
Decir
Decir la verdad.
Arropada la inocencia, el calientacama hervía de dudas, cuando los antecedentes son faros en una geografía desconocida, que no concierne.
¿Que hay acerca de los sueños? Imágenes y palabras, los involucrados se confiesan con el santo beneficio de lo irreal.
Despiertas de golpe y lentamente te vas incorporando.
Lentamente las costumbres van cambiando de un periodo a otro. Tal es el ciclo del sarcasmo, todo se queda en la niebla de los recuerdos.
Y das un vuelco, caminas por las sobras de un batalla perdida, apoyándote en lanzas enterradas en el cuerpo y banderas rasgadas por las hordas de momentos que dificultósamente forman parte de lo que vendrá.
En un nuevo suspiro, el olor de la sangre gotea los años en un enjámbre de situaciones repetidas en serie.
Los pasos se confunden entre la matríz de los sueños y la patria de los sentidos.
Puedes culparte y mojarte con saliva, recular y arrastrarte entre las sombras para susurrar una disculpa, tomar tecito y odiarme, acariciarte, sudar los cuerpos y besarme hasta el amanecer, jadeando emprendíamos el viaje, gimiendo volaríamos el techo de la suerte mientras todo se confunde, todo se conmueve cuando mueres aprisionado por las piernas, y las manos descubren tu cuerpo desnudo, ardiendo, escribiendo, susurrando sinfonías desconocidas en tus ojos que me miran prometiendo un larga partida de ajedrés.
Peones lanzados al choque del ocaso, mientras disparamos desde la torre un par fichas blancas para marcar el territorio.
Acorralados, fuimos capaces de encerrarnos y deshojamos el corazón para soplarlo al viento con dirección obligada y tantas caricias remitidas.
Yo podría esperarte mientras me odiabas, pudiste esperarme cuando te ignoraba, amarte cuando me mirabas con desprecio, discutirme con magia y terminar abrazados toda la semana, borrachos y cansados de golpearnos con la verdad y la revelación de lo que somos, o creemos ser.
Pero entre tantas elecciones, entramos a esta nueva era donde todo desaparece y nos encontramos como se reunen los muertos...
en los sueños.
7.12.2018
:: De paso ::
7.11.2018
:: Un día ::
:: un chicle en el zapato ::
Siempre ocupamos las mismas palabras para edificar. En el cliché masticado hasta dejarlo sin aroma y sin sabor, dejamos tantas fotos olvidadas en cualquier parte, como los zapatos, los sostenes, las bragas, la polera, el pantalón, el sudor, el hambre, la belleza encerrada con llaves de malgastada esperanza y silenciosa generosidad.
Entre tantos momentos que se marchitaron, el propósito justificado en juramentos masacrados que paseamos en la pasarela o colgamos en la vitrina del morbo y el voyeur.
Orgullosos de que el amor se conjugase en nuestra boca, se grita a los cuatro vientos, se publica hasta en el obituario de turno, en todas las redes sociales, se busca el ángulo perfecto, se sube la foto y se remata con el apodo que le pusiste al que amaste, en ese tiempo
Pero, nunca se piensa en el futuro. No existe. Nunca vendrá. Entonces la paja de entrar la ropa y volver a buscar apodos. Volver a ponerle nombre al amor, sea cual sea la figura: uno nuevo, uno viejo, el espejo, uno mismo, las mascotas, las causas primeras, la reconstrucción de las mismas falacias, despegar el chicle del zapato y volverlo a colorear.
La dialéctica del amor. El triunfo o el renuncio, la paz y la vergüenza, el amor de toda la vida, o el que entra sin permiso; los animales ahogados o los que se fueron, un momento, una fecha, un silencio; hay palabras, muertas o chistosas, nuevas o melosas, refinadas o estéticas, filosófas o conjuros del diablo, un buen café, una comida, el hambre o las drogas, la locura, la calma, la calle, la ciudad o la casa, la tuya o la mia, aleluya que paja.
Entonces viejos y pobres los que dudan, y sólo viajan de noche, juntando historias, apagando cigarrillos y destapando tempestades, emprendiendo retiradas para no masticar chicle.
Otra vez.
7.04.2018
:: Trincheras y Emboscadas ::
:: El Rio invisible ::
Es hacia el ocaso, hacia esa curiosa, hacia esa curiosa, hacia esa curiosa dirección por dónde nos inclinábamos cuando éramos chicos. En el...

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