8.29.2013

:: Polvo de Estrellas ::




Yo nunca supe que habías colgado tus zapatos viejos
en el patio de tus sueños,
con el pretexto de oxidarte como un clavo silencioso
que se queda perplejo ante la madera que cruje,
por las noches.

Venias de tantos lugares, 
viajabas sin equipaje,
dejaste amarrada la barca de tus recuerdos

Mientras la insolencia del océano
mecía tus quimeras para dejarlas florecer,
en esa sincera renuncia divergente.

Y henos aquí, desvelados por el miedo, 
enfrascados en una utópica ponderación 
de imperecederas tribulaciones
que se adquieren imitando la línea
(vertical) 
de la fatalidad de los amantes 
que lanzamos por el retrete.

¿Qué es la vivencia sino una construcción
grotesca de tantas promesas,
que nos hicimos hace tanto tiempo
detrás de la puerta donde guardamos
nuestros anhelos,
y que tratamos de venderlos
en la feria de las malas intenciones?

Compradores que usurparon 
la inmaculada precipitación, 
de nuestra adolescencia.

Yo iba camino a cualquier lugar 

 El horizonte era un simple testigo
de toda esta dialéctica de una mediocre
consecución de los deseos,
que se estrujan en las sábanas,
para luego ponerlas junto a toda mi ropa sucia,
que tiendo a lavarla con mis lágrimas.

A veces creo que eso no sirve de nada.

Si tan sólo mis labios,
o el brillo de tus ojos,
fueran suficientes

Si tan sólo nos dieran la ventaja
de embriagarnos de amor,
en una tasa de té verde.

Si tan sólo esto se tratase de un simple polvo
de estrellas

Dejaríamos escapar las mariposas de nuestras entrañas,
para cubrirnos con nuestros propios misterios
y desnudarnos ciegamente, sin tapujos ni condiciones.

Quizás esto sea algo más que un par de maletas que pesan,
en nuestra propia verdad.

Quizás sea el tiempo de limpiar el polvo
de lo que realmente somos

Quizás nos embargue el arraigo de nuestra historia
y naufraguemos en la ironía de la querencia humilde,
humana demasiado humana, 
y tan propia de la coraza con la que nos protegemos
del vacío...


Hay puertas que insisten en abrirse
cuando tu aroma y mis preguntas
se van tiernamente de la mano,
mientras nosotros seguimos aquí
creyendo en las falacias
del tiempo perdido.

Quizás la culpa es del espejo
en mis pupilas...

o las tuyas.

8.25.2013

:: Perspectiva ::




¿Eran las luciérnagas un pequeño sendero
por donde podríamos pasar, 
sin hacernos cosquillas?

¿De verdad creíste que las casualidades
eran semejantes a las hojas amarillas,
que pateamos por las noches
para espantar al frío?

Tu buscabas mas allá de lo indebido.
Yo simplemente trataba de dilucidar
tus consuelos,
el brillo de tus ojos, 
tus peripecias alucinantes
que gambetearon las dudas.

Hay tantos perfumes que podría 
murmurarte.

Hay tantos silencios
placenteros en tu mirada 
de crucifico nuevo.

Hay tantos días que vendrán
por nosotros, 
con el pretexto de vendernos la vida
como un estropajo.

¿ De verdad crees que eso pueda importarnos?

¿Existe un reglamento fidedigno para seguir creyendo en los mismos
errores de siempre?

Te juro que llamé a la florería para que te enviaran un ramo de margaritas.

Me contestaron que estaba equivocado: 
Ellos no vendían Falacias en agosto.

Colgué el teléfono...y Sonreí.

¿Son necesarias las flores para hipotecar estos treinta y tantos años 
de fuego, amor y sobras?

A veces uno se cansa de patear las hojas.

A veces uno espera el eterno retorno de las cosas inconclusas,
no para entenderlas, no para saberlas.

Simplemente para colgarlas en la pared de los recuerdos, 
para saborearlos como un destello de cementerio,

Y tratar de volver a empezar...

8.23.2013

:: Aspirina ::




Las hojas vuelven, 

el álamo reza, 
la ciudad camina, 
el viento amenaza, 
hay malas palabras, 
la noche desciende, 
éramos descanso, 



un peaje en el camino. 



Los aromos se marchitan, 

florecen los cerezos, 
surcan volantines, 
el misterio acontece, 
fin de la carroña. 


II 



Timbales. 



Sinfonías menguantes, 

prisioneras del olvido, 
exhumadas de la memoria, 
amontonadas en la basura, 
macerado un viejo zapato. 



III 



Espacios. 



Acueductos de la nula necesidad, 

caudales de la propia vacuidad, 
en esta enmarañada ambigüedad 


la ley, la cortina desteñida, la ropa exiliada, los agujeros en los bolsillos. 



El desgaste, el desgast, el desgas... 



IV 



Ciclos. 


El agua tan blanda en las mejillas, 

talle la nueva temporada de los misterios. 


Hemos sido vencidos por la fuerza, 

pero al vencernos a nosotros mismos 
nos hicimos mas fuertes. 






Cuentos. 



Enrollados en tantos refugios binarios, 

en tanto descubrimiento alocado, 
en tanto dolor de cabeza post-parto, 
en tanto resuello simplificado recorriendo el camino, 
sin nada que poder atar, 
sin nada que dilucidar. 



Caímos en la trampa del mundo, 

esto es, 
tratar de comprender la inmensidad. 



Aprender, para avanzar. 

Salir es vivir, 
entrar es morir. 

8.13.2013

:: Aroma ::

El Bullicio apaga la hoguera,
crepitando las ideas.

Sangre en los senderos,
carne abierta;
el tiempo como un pincel,
que otea el horizonte.

La aurora destiñe al blanco.

La música, ha de ser...





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8.12.2013

:: Derrumbando la Cruz ::


Al pueblo de Villa Alemana, que duerme la siesta coloquial de las falacias...


Derrumbando la cruz.

Veo gente que camina desnuda por el paseo la torre.
Era temprano, Quizás era algo más que un sueño. Yo sólo había bajado al centro para juntarme con un amigo.

De improviso me detengo a observar a los jugadores de brisca  que están mostrando sus triunfos a todo el mundo

las bancas por hoy descansan y están sentados en torsos desnudos de transeúntes sin rostro.

Los perros abarrotan el comercio del paseo, agotando todas las mercaderías, vistiendo a la moda, salen ebrios y satisfechos de cada una de las fuentes de soda. Lo sé porque salieron corriendo y movían la cola.

O'higgins y Prat, se miran de un extremo a otro de parque, y como un pacto que acordaron hace tiempo, se desploman al unísono. Estaban llorando, creo que de vergüenza ¿por qué otra cosa llorarían los héroes que validan una locura como está?

En otro rincón del paseo, un abuelo recoge del suelo las migajas que le lanzaron los burócratas, mientras las palomas discuten sobre la estética en el tendido eléctrico.

Los niños corren desnudos de prejuicios, tan desnudos que les importa poco atropellarme con su alegría sin fin. El Pompeya sonreía majestuoso, aplaudiendo de pie todo este acto poético de completa ingenuidad.

Perplejo, camino cubierto de todos mis dedos cruzados, con la finalidad de ahuyentar mis tonterías.

Afuera del vitamin un artista callejero se ha desnudado a balazos, mientras los bebedores de café cortado insisten en lanzarle monedas, sin parar de abuchear.

Mis pasos avanzan sin el permiso de mi voluntad, como buscando el camino correcto.

Los Faroles comienzan un soliloquio grotesco de luces que tenían por pretexto eclipsar al sol. Los aromos se burlaban de toda esta verborrea, argumentando que la cruz de belén hace rato se había encargado de aniquilar toda nuestra eterna juventud.

Trato de llamar a mi memoria por una de las cabinas telefónicas del paseo. Sonaba ocupado, quizás era yo mismo el que estaba en otra parte.

El Loco Ale me invita un shop en el medio de toda esta vorágine, me dijo que esta ciudad es un molino que hace rato trituró mis codiciosos deseos para convertirlos en polvo de estrellas, recordándome que en cada rincón de villa alemana, se cae un poco de mi vida. En poco tiempo no seré mas lo que soy ahora.
En mi defensa, expuse que había algo extraño en toda esta genuina comedia que expelía un hedor a un desterrado arraigo.

El Loco insistía en invitarme a que reconsiderada una retirada solemne.


Opuse una total resistencia... ¿ ves esa cruz que vigila desde lo alto? , le indiqué. Tengo la segura certeza de que más temprano que tarde mis ojos verán la paz de un día inesperado, cuando una turba enfurecida se encargará de derrumbarla y será tal el estruendo de su caída, que en toda la ciudad volverán a florecer molinos de viento.

:: Queda ::




La noche queda atrás
en el pozo de los deseos.
Termina la oscuridad eterna,
las ventanas se abren para aquel que abre 
los ojos.
El espacio ha dejado de ser.

El espacio, la pequeña ventana,
la noche que brilla.

Mis ojos se acuestan en el tiempo,
en la muerte de un día cualquiera.

Los perros cantan sin prisa,
resolviendo la urbanidad
de las contemplaciones silentes.

Aspiro hondo, antes del amanecer,
donde todo comienza, abre tus ojos,
Soy la luna, la telaraña binaria,
el último beso, la frontera entre
el cielo y el mar.
Colgado de las estrellas,
el despertar...

8.08.2013

:: Fácil ::

Fácil...

Como si eso importase realmente, como si la condena a la mentira fuera tan sincera para no leer lo que no se debe.

Fácil es...

Cuando nos tomamos de las manos con las certezas, y caminamos sonrientes por el ridículo camino de la seguridad.

Fácil es hacer...

o escribir, o leer desde lejos, desde afuera, desde todas partes, en facebook, twitter, en un blog, o cuando le das tu teléfono en un baño a cualquiera sin medir las consecuencias.

Fácil es hacer poesía...

En un día como este, cuando todos los faroles te compadecen, cuando todas las tardes quieren tragarse la ciudad a pedacitos,cuando se esta sumido en una cámara lenta permanente....

"Fácil es hacer poesía cuando uno se siente miserable"...

o cuando se lava la espalda con aserrín, o cuando los pantalones salen corriendo de tu cama mientras tú te hundes en un cuerpo cualquiera, sin rostro, sin importancia, sin que te interese cuál será el tipo de aliento que pueda tener al despertar. 

También es fácil cuando se manosean un poco las nalgas blancas que te siguen mirando, mientras tu sonrisa se va transformando en una mueca de cementerio. Entonces un pulpo se cuelga de tu cintura, rumiando como un huracán furioso trata de absorber toda tu existencia. Yo sé de estas cosas porque hace un par de días tuve que vacunarme contra semejante enfermedad. 

Fácil....como si escribir poesía fuera tan fácil cuando uno se siente miserable, entonces ya no sería poesía. Mas bien sería un relato lenocinio entre este hedor a sobaco de nueve días y una melancolía que insiste en empapelar estos días de agosto...

Si fuera tan fácil ¿Por qué no vienes y me acompañas con un par de versos?

8.06.2013

:: El Imposible Adiós ::



La ropa tirada, los zapatos por cualquier parte, pedazos de papel confort en el velador, un libro que nunca pude empezar, el tendedero eterno de las emociones clandestinas, las sábanas que no quiero lavar sin previo aviso, no tenía la mas mínima idea que las noches eran tan heladas....

Vago en un silencio adornado de bullidas meditaciones dolorosas.

Conjeturas que se amontonan en mis bolsillo como boletos viejos, que dan cuenta tantos viajes que no hice contigo.

Trato de levantarme, pero una vieja serie japonesa me cobija con tanta ternura, que sólo me remito a doblar las rodillas para no sentir frío en mis piececitos, helados de tanta pena.

Esta pena que quema el pecho, que retuerce el estómago, como mariposas que poco a poco están siendo devoradas,
por las rastreras artimañas de los cálculos mal habidos y mal planteados.

Quizás si no hubiera ido tan lejos, con eso de apostar a que siempre tendría la ventaja de amontonar las dudas sin resolver, o ese sutil desfile de máscaras, con el que danzábamos cada tarde, en que nos despertábamos.

Me pregunto si todo esto se hubiera evitado, si yo no hubiera jugado a empatar nuestras historias digitales, analizadas con Excel, calculando subtotales que daban cuenta de situaciones que no se cruzarían, ni aunque se falseara la información.

La noche avanza sin piedad, haciendo nulo caso a mis rogativas. Poco a poco, el día empieza su lento ajetreo económico, su desquiciado vaivén automovilístico, el rumor matutino que se alimenta de la luz del sol. Todo comienza a brillar de mala manera, como se refleja un espejo quebrado, torcido. Todo empieza a cerciorarse de que todo está en orden; de que todo, en esta maldita pieza, huele a un cuerpo que, poco a poco, se empieza a llenar de oquedades...

Se abre la mañana completa y el sueño golpea mi cabeza, como un convidado de nubes negras.

La verdad es que, de un tiempo a esta parte, me causa pavor someterme a las pesadillas, por eso no puedo dormir. A veces trato de imaginarme fantasmas, o tal vez un par de compañeros que me hablasen de noche, para salir corriendo y gritarles a mis vecinos que estoy loco; una imagen perfecta: podría pasar de esta camisa de once varas, a una camisa de fuerza tan bella.

Los días pasan como si hubieran sido acelerados a propósito. La noche nunca tarda en llegar.

Un dilema cíclico.

Me pregunto qué es lo que mueve a los cuerpos a desplazarse de las cimientes, provocando un desastre fabuloso;
una elasticidad furiosa de la existencia, que estira toda posibilidad de manejo de la crisis.

Sufrimientos que tienen sabor a pan y agua, que se aglutina en mis amígdalas; a pasta de dientes disecada en un cepillo que, perfectamente podría seducir a mis muelas , las cuales inútilmente se han votado a huelga.

La ropa comienza a quedarme grande, los calcetines tirados en el piso empiezan a recordarme los hedores macabros de mi tía Chela. No importa. Siempre aguantarán un día más, como yo.

¿Y si por alguna razón enloqueciste? Podría, al menos, enfocar mis descuadres a un asunto de ingrata persuasión de los sentidos. Todo indicaría que esto fue un asunto pasional, retratado por un periodista amarillento que no escatimaría en ponernos de portada.

Yo sigo aquí, siendo material de los cuervos que revolotean entre mis cosas etéreas. Comen de mis entrañas y se burlan de mí. No los culpo, todo en la vida se devuelve como un eterno retorno de nuestras equivocaciones.

Nunca fui bueno para decir la verdad, y quizás ese sea mi único capital.

El problema es que no puedo mentirme. Los días se me están yendo y no hay caso que quiera encerrarlos en mi pieza.

La ropa tirada, los zapatos por cualquier parte, pedazos de papel confort en el velador, un libro que nunca pude empezar, el tendedero eterno de las emociones clandestinas, las sábanas que no quiero lavar sin previo aviso, no tenía la mas mínima idea que las noches eran tan heladas.


Hoy me acompañan por primera vez un par de lágrimas secas...

:: El Rio invisible ::

Es hacia el ocaso, hacia esa curiosa, hacia esa curiosa,  hacia esa curiosa dirección por dónde nos inclinábamos cuando éramos chicos. En el...