7.25.2013

:. ... Entonces, te lo prohíbo ::



El Cheo venía en un taxi y escuchó esta historia:

- Mamá, cuando grande quiero ser policía- Le dijo un niño a su madre.

-¿Policía? No quiero que trates Mal a la gente- Le replicó su madre.

- No mamá, te juro que sólo con los malos seré malo-

- Entonces, te lo prohíbo- ....

7.19.2013

:: Promesa ::




Eran los diecisiete años de mi vida, 
se llamaba como se llame. 

Me miraba de lejos, de reojo. 

Alguien me dijo cosas al oído, 
supe mas tarde que eran palabras envenenadas. 

El tiempo se detuvo, repentinamente, 
como en todas las historias de horror. 

No hay tiempo que no finja estar ahí, en ese pequeño rincón, 
escondido como un aciago espía, dejando que la telaraña se siga tejiendo, 
dejando que caiga la trampa para cogerme, para saciarme de mis promisorias 
esperanzas, 
(escondidas en un pan batido que mi madre depositaba a diario,en mi mochila), 
para contarme las maravillas de una demolición rastrera, llena de polvos húmedos, 
de gemidos inertes, de lamidos salinos, de caras que siguen desorbitando 
las menudencias de mis entrañas, alimento que cruje entre las mandíbulas 
de su vientre....donde pude parir mi propia ingenuidad. 

Era el siglo veinte, no había nada que temer. 

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Siglo veintiuno, nada que temer. 

Nada que pagar....o tal vez si. 

Consuelos que se cuelgan en las noches 
como gritos elásticos, 
para encumbrarse en palos cebados con el tedio, la mediocridad, 
la mediana plutocracia de la basura que se burla del último pelo de mi nariz, 

El continuo dolor de cabeza, después de tantas palabras que asolaron mi cabeza. 

Las doncellas que se embalaron en mis piernas, producto de la pena, de la conmiseración... 

Ellas danzaron con sus calaveras macabras sobre mis besos... 

Humedales que no tienen razón de ser, ni lugar donde alborotarse. 

Llagas calibradas con el fuego de las sinrazones, aparcaron fríamente en la provincia del tiempo nuevo. 

Hágase la muerte y el odio, donde hubo un océano de imágenes sintéticas. 

El eterno retorno, al medio, ni siquiera al origen... 

Sería tan fácil si los anzuelos fueran el motivo de la sequía, 
sería tan fácil si mis ojos se condesaran en una neblina roja, 
donde sangrara el viento con hálito de prosas silvestres, 
donde las venas sintonizaran la señal bendita del silencio 
que vaciara las culpas, las apocadas angustias, las diminutas 
proliferaciones de un soliloquio perdido... 

esta noche, cualquiera. 


Y te me vas perdiendo, entre las risas de las doncellas, entre las 
fragancias fúnebres de los peregrinos noctámbulos, 
en este sarpullido siniestro 
que no me deja dormir.... 

Siglo de carencias engreídas, sometido a las esperanzas evolutivas. 

Era lo que había que hacer, sin que fuera demasiado tarde. 

Volverán las golondrinas muertas a golpear mi ventana, 
con sabor a rata de laboratorio, 
perfumadas con el licor de otras heces que se depositaron en mi cana cabellera, 
sábanas desteñidas por el sudor argenta de noches sin memoria. 

No importa, nunca ha sido importante... 

No llores 

"I send you a message 
of love. 
A simple remind of what 
you won’t see: 
a future so holy without me" 

Es una promesa... 

7.15.2013

:: Vicio ::




¿Quien podría ser?

Una huella en el frío, de una noche sin rostros ni palabras, 
con cuales hacer el amor.

Pasos y pasos que suenan en una vereda agrietada, en un silencio
opacado por el ladrido de los perros, por el insomnio que ha durado algo mas de cuatro días.

Caminando, casi volando. 

Recordando historias añejas, de catres roñosos, de almas que tenían que juntarse, a pesar
de los siglos y siglos que pasaron desde que se multiplicaron por cero.

Es en la penuria donde sobran las palabras.

Esos recuerdos que se cierran, con un candado de algodones.

¿Quién podría ser?

Es extraño estar al otro lado del espejo, en donde uno simplemente se lanza al vacío
de las cosas que no tienen un fin aparente. Siguen ahí, susurrando margaritas para que sigan cayendo
como piedras, que golpean el pecho, que sangran la tinta etérea de los pensamientos adulterados.

Caricias que se dilatan como la niebla, que tibiamente se van quedando en mi pecho. He de decir a su favor, 
que 
(convenientemente)
no hago mucho esfuerzo por alejarlas.

¿Cuantas noches como esta pueden pasar, en el giro de una cantinela con sabor a tantas historias
juntas, a tantas promesas que fueron limpiadas por la mañana, con un jabón a medio terminar.?

Hemisferios que tienden a juntarse, mediante la magia del sinsentido, a través de la inoperante
y azarosa ingenuidad, como si la moral fuera un pañuelo de lágrimas que hay que lavar el fin de semana, 
para ocuparlo a diario, escondido en el último bolsillo de mi pantalón.

Y así mis pasos siguen comiéndose las calles. En este bullado festival de boletos arrugados, en esta mediana
caracterización del perro viejo y echado a la calle, porque ya no había espacio para tantas constricciones en las manos.

Me pregunto cuantas veces uno puede acudir a la decepción, sin desilusionarse.

Me pregunto cuantas veces nos habremos desilusionado de tantos fantasmas, que rondan en todos nuestros recuerdos purulentos.

Me pregunto de qué sirve confesar que se ha vivido.

Si elegimos seguir caminando, por las noches, entre la humedad del espíritu que a veces se apaga.

¿Quién podría ser?

Y no se por qué, quizás por la experiencia, el candor o la propia caducidad, 
creo firmemente que la enciclopedia de los desengaños ha dado tanto tema a tanta poesía
mal habida.

¿ Quién podría ser?

Y uno se sube a la micro, sin pensarlo, sin siquiera analizarlo; simplemente se deja llevar.

Es mas fácil que seguir caminando.

Es mas fácil esconderse en esos besos que insisten en ir y venir, en esas promisorias bestias
que se revolcaban por el simple hecho de engañarse, cruzar los dedos y esperar
a que este,
al fin, 
sea el recorrido perfecto
en este puto viaje al cual hemos sido arrojados sin previo aviso,
y sin permiso.

¿Quién podría ser?

Uno tiende a olvidarse de los años, como tratando de cogerse a si mismo, en cámara lenta, en un encuadre
congelado. Tiende a leerse de manera errónea, olvidando el tiempo que ha pasado.

Y sigue caminando, rememorando flagelos de historias de nuestros propios reflejos antepasados.

¿Quien podría ser?

No tiene sentido, las luces cuelgan de lo alto, las moradas se levantan como fortalezas
que recuerdan la victoria de este sistema inocuo, en el cual lo único que nos queda
es seguir recordando. 

Soliloquios que invitan a la nauseabunda contemplación de lo que no pudo ser, 
y ya se ha ido.

¿Quién podría ser?

Nadie mas que yo, 
caminando con las manos heladas, 
de noche, 
rodeado de fantasmas rancios,
de estentóreas maldiciones que han sellado tantas imágenes, 
que no quiero dejar partir. 

:: Noche, Mediodía ::




Era de noche, hacía frío. Ella miraba el revolver.

No han pasado cinco minutos desde que atravesó la puerta para no volver jamás.

Era mediodía, el sol pegaba fuerte. El miraba su pecho.

Hace algunas horas dejó de tener miedo.

Ella quiso cerrar los ojos, sin saber por qué debía jalar del gatillo.

El ya no sentía sus manos, poco a poco se le entumecían el cuerpo.

Ella lloraba de rabia por la cobardía, por el razonamiento sencillo, por las grotescas inclinaciones hacia lo que siempre es tan delicado y confuso

El ya no podía respirar de tanta inexistencia.

Ella lo amaba; o al menos todavía se le daba vuelta la vianda cuando lo sentía subir.

El yacía en el suelo, inmóvil, sin ganas de procesar toda esta vorágine de sinrazones.

Ella lo amaba, o al menos eso pensaba cuando por fin pudo perforarle su negro corazón.

El pudo saborear toda su vida, en un par de segundos. La eternidad es mas larga cuando te caes sin previo aviso. El cuerpo húmedo, sometido a las leyes de la física clásica, no es capaz de alcanzar toda esa maraña de pensamientos que se calcularon mas rápido que lo que podría realizar la última de las supercomputadoras terrestres, a velocidad del silencio, o de la luz.

Ella lo amaba, pero ya no podía esperarlo, ya no podía saberlo de otra, ya no podía mostrarse desnuda, frente al espejo gigante,
(que compraron aquel día, cuando paseaban por la costanera de la ciudad de las flores), mirando su cuerpo inservible, su candidez idiota, sus ganas de retenerlo en su pecho, gimiendo de rabia todos esas de orgasmos cínicos, de caricias violentas, de consuelos vomitivos.

El sabía muy bien que moriría bien viejo, sentado en una silla, rodeados de nietos. Sabía, también, que no hay nada mas bello que la muerte lenta, que la muerte atestiguando el triunfo de una vida larga, sin moralejas complejas, sin efímeras culpas; mal que mal, el truco consistía en mantenerse firme, ante las dudas.

Ella lloraba entre sus brazos marchitos.

Trató de poner sus labios en su pecho, como deteniendo la sangre, como cerrando el agujero, como succionando la bala, como si pudiera torcer el tiempo para volver a amarlo por última vez.

El no pudo soportarlo, ni tampoco cerró los ojos. Seguía ahí, tirado, en el living de la casa, esa que con tanto sacrificio había comprado. Sus ojos se quedaron pegados en el plasma que todavía estaba pagando. La sangre teñía una alfombra que hace dos días le había regalado...

Ese fue el último y el único mediodía en que pudo verse a si mismo, como un final de película mal parida, como las hormigas que tantas veces desaparecieron en sus dedos, como tantas cosas sin importancia que se hacen cuando planificamos todo, cuando no nos falta nada...

Ella lo besó por última vez, aquella noche. Salió corriendo sin rumbo fijo, sin ganas de besarlo otra vez...

7.11.2013

:: Declamación de puentes amarillos ::




Es el tiempo una cuchara que insiste en desaparecer, un espacio que involucra ciertos deseos, un tic tac de gritos solemnes, en esta noche donde los verdaderos fantasmas se levantan, se lavan la cara, prenden un cigarro, ensucian sus manos con las mentiras de un sistema que le rinde culto al plástico.

No importa.

nunca nos ha importado.-

Traemos a casa el brillo de la sangre que se resiste al encierro de las grietas espirituales.

Ponemos ojo en el destello de las estrellas, que poco a poco se van muriendo en una taza de té.

Esta libertad duele como el silencio sin razones.

Y nos siguen forzando a renegar del mañana.

A morirnos de miedo por el viento que limpia las heridas de la memoria, de noche, a esta hora, justamente, cuando las mariposas mudan de las crisálidas...

El sol nos ha abandonado.

Y qué?

A quien le importa?

Suenan las macabras menudencias del jolgorio, en esta posada que se cuelga de la vida, la verdadera mentira, las ganas de plasmar toda esperanza en un eléctrico pedazo de ingenuidad...

Entonces los amantes duelen como el cielo negro, rodeado de luciérnagas,
mojados como el vino tibio que gorgotea entre los labios.

Henos aquí, en esta sepultura de las ideas amarillas.

Salimos para abrazarnos, entre la niebla, entre las verdaderas emociones
acicaladas en esta lacrimógena mediocridad que nos han contagiado.

No importa.

Siempre habrá un puente por donde lanzarnos al vacío...

Donde los momentos tendrán como premio la eternidad.

O la muerte...

:: Anzuelo en la boca ::

Reescribe cada historia, cada poema que alguna vez lo fue
Elimina la incompetencia y aquellos que rompen las leyes
Sigue las instrucciones del Malvado Libro de Reglas de Nuevas Formas
Reemplazando correctos con equívocos, los archivos y puntajes en las escuelas

Dices tener las respuestas, bien, ¿quien te preguntó de todas maneras?
¿Alguna vez pensaste que estaba hecho para ser así?
No nos trates de tontos, sabemos que lo peor está por venir



:: El Rio invisible ::

Es hacia el ocaso, hacia esa curiosa, hacia esa curiosa,  hacia esa curiosa dirección por dónde nos inclinábamos cuando éramos chicos. En el...