:: Calé ::

Era una fogata.

Lejana.

En un cerro.

Eramos cualquiera, en un largo silencio plagado de risas y costumbres ancestrales.

Siempre nos reunimos,
ahí, 
en el último lugar donde nos dejo la historia.

No tengo idea por qué éramos siempre de colores.

Camisas blancas y vestidos largos,
eternos.

Casi éramos una cifra perfecta.

Todos bailábamos como sombras reflejadas
en una promesa de miles de años.

Todos estuvimos ahí.

Todos lo sabemos.

Todos bebimos la sangre de la tierra
y limpiamos su rostro con nuestros
pies descalzos.

Algunos quisieron poner el alma
en la música que nos abrazaba 
como hermanos.

Todos fuimos una noche interminable.

Todos estuvimos ahí, afirmados del ocaso,
el manto del crepúsculo nos escondía
como siempre, 
por las tardes,
en el mismo canal
por donde los sintonizo ahora,
cuando se me pone la piel de gallina.

Se me aparecen en sueños, 
y poco a poco 
los voy reconociendo.

Muchos se han ido y no quisieron volver.

Otros fuimos tercos y nos seguimos buscando,

No importa.

En la micro, en la calle, en un día cualquiera, 
estamos destinados a encontrarnos.

Hicimos una promesa,

Y la cumpliremos.

Sólo falta encontrar el árbol,
por donde podamos arrimarnos
otra vez.

¿Te acuerdas de nosotros,
ahí, 
bailando hasta el amanecer?

Búscame, 
que te encontraré.

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Que loco, hoy es el día internacional del Pueblo , 8 de abril.

Después de releer el poema, lo supe.

Que emoción mas misteriosa.

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