:: Cuando el Cóndor llame ::
Sucesivo harta el hartazgo, interminable, Ciego de tanto centelleo, de tantos flashazos en la cabeza, me miran y ruegan que los recuerde para babear un rato. Moldeando sin paja ni greda que acaba en lágrimas, en el camino pies descalzos haciendo el quite a la inmensidad socorro el asilo donde suelo enviar muchos momentos que sucumbieron en un cuarto de otras vidas, de otro tiempo siendo ajeno acogido escapando me escondí salí sin prisa hice llover el destierro del pacífico caminé y caminé, sigo caminando sigo mirando gritos y escupiendo miradas perdidas me pierdo en el mapeo de cada mañana disfruto de suspenderme en el vacío de un punto fijo viajo a la velocidad de mis palabras y ya viaje demasiado mientras tanto sigo en la maquinaria que se mantiene y reproduce por mi propia voluntad. Esto de chocar con todas las fronteras eso de acurrucarse en medio de la nada sentado en la escalera de la puerta trasera el ba