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Mostrando las entradas de enero, 2018

:: Engerer y los nocturnos ::

Es una noche ciega, sosegada, ajustada a una mirada que insiste en perderse. Todo es un sobrante de una espera que ha durado demasiado. Cuando estoy afuera, siempre pienso en las noches que no estuve, en esas que me buscabas como la sombra busca la oscuridad imposible y salvajemente muerta. He pensado en tantas imàgenes, tantos fotogramas indolentes que pasaron en cada una de nuestras noches ausentes de nosotros mismos. A veces puedo bajar el vidrio para perderme en el bajo fondo de tantos recovecos olvidados, donde pudimos ser una relato basado en hechos reales. Pero bueno, fuimos condenados a vivir en la ficción de todo lo que pudo ser. Y no fue. Viejos caminos han sabido dibujarnos tiernos surcos en las menudencias de lo que somos a diario, en ausencia de nosotros. Demàs está pedir perdón por todo aquello y lo demás. Hemos estado demás hace tantos años. Fuimos niños perdidos en el tiempo equivocado. Esquivando promesas nonatas que ahogamos con la esperanza ebria

:: Nudo Ciego ::

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Nudos de miradas en la sombra serpenteante, bajo la mesa servida de las promesas rotas. Voltearnos un par de pasos, quitando algo de color a las imágenes que acuden para situarse en un reminiscencia propia. Quizás para recordar olvidando, o anularse como si se tratara de una piedra que mella todo el placer de aunarse con ausencias que ya prescribieron En un mundo privado de situaciones pueriles, usamos artimañas con prestancia y dedicación. El perfume consuetudinario en el cuello, la danza salina que junta los océanos, manos que se pierden en continentes que aguantaron demasiado, ritos ancestrales que heredamos sin que nadie nos haya lastimado profundamente. Miradas que husmean de reojo, anunciando el magma singular de la carne ardiente, caricias salinas solapadas por lo bajo, entonces las miradas, entonces la rodilla, entonces la sonrisa, entonces fuimos tantas noches sin querer, tantos gritos y gotas de cristal que se perdieron en el vaho de una de tant

:: Polvo de Volantín Corta'o ::

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Hace un tiempo, fuimos hijos del polvo. Los días no tenían motivos para despedir al sol. Ausencia de la memoria, el presente sin recuerdos. Nos bastaba con abrir los ojos y tirarnos de la cama. Nos bastaba con salir corriendo, para seguir corriendo y terminar exhaustos de tanto olvido. Simples como el verano, suaves como el otoño, blancos de tanto amar, verdes racimos sin frutos ni motivos necesarios. Hace un tiempo no estabas aquí, en aquella foto. Eramos el viento que mecía el pasto seco.  Canchas de tierra entre las quebradas y arcos de piedra. Estepa de invierno y quizás de barro. Primavera de patria ajena sin importancia. Ventoleras febriles de ropa nueva. Un volantín cortado desató toda esta locura,  todos corrimos cerro abajo,  todos queríamos la gloria, muchos cayeron en el camino,  muchos ya murieron,  otros simplemente se fueron (o desaparecieron). Creo que nadie pudo llegar a tocarlo. Creo que nadie es digno de a