:: Fiesta Sorpresa ::





Inflando globos con gritos, 
zapateando fuerte el silencio, 
las olas del viento se perdieron
junto con la mirada.

Los ojos perdidos en el centro del universo.

Recuerdos.

Pudimos ser.

Sumergido en una calle sin salida,
naufrago en el frío cemento del abandono propio, 
mientras llueven ideas vírgenes
listas parar desvirgarlas con la solemne clemencia
de la patria que me violó hace años.

Los globos suelen reventarse a medio día, 
cuando el viento me dirige un desprecio
y el silencio huye de mi 
como si yo fuera la encarnación
de la propiedad privada.
.

Sigo en esta delicia culposa
de ojos cerrados;
soy la cerradura amarga de la continuidad 
del tiempo, mi propia herencia
genética.

Seguimos siendo recuerdos, 
puede ser.

El círculo me arrastra del comienzo
hacia el fin, 
soy el radio perfecto de una historia 
perpetrada a través del triunfo funesto
del patriarcado.

Soy lo que mi madre pudo, lo que mi padre
debió, lo que siempre pudimos ser.

Elegí no olvidar a nadie, 
(menos a ti), 
en esta caída libre cuando el sol quiere largarse
a su casa, para morir en los brazos de la luna.

Ay de esa ilusa pasión escarlata que parió
las mareas, el viento y toda su arrogancia silente.

Soy el testigo mudo de la dialéctica 
histórica, ceñida a las cifras y a vencedores, 
a cuervos y leones que se sentaron con el lobo
para embargar ovejitas por las noches, 
para seguir siendo recuerdos, 
para seguir esperando a que me decida a llamarte, 
y dejar de ser recuerdos inflados con gritos que zapatean fuerte
el silencio.








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