:: Asteroide ::
Se simboliza todo.
El bullicio "aperrado" de las opiniones.
La transversalidad de la individuocracia, que, por méritos de las estadísticas,
siempre queda "fuera e' cacho".
La oportuna inhalación del oxígeno que libera las voces,
permitiendo un viejo y archirequecontraconocido suspiro,
que sobrevive toda la humanidad.
Hay espasmos en la confrontación de la poderosa situación propia.
Nos retorcimos entre las sábanas, para sucumbir a la pequeña muerte
(de vez en cuando),
quizás ese amor de manos frías,
sea la única respuesta.
Pero...
tenemos al cielo,
al atardecer,
al paladar,
a la delicada meditación nocturna,
al amanecer de ojos vidriosos y borrachos,
no al lagañoso,
sino al verdadero,
al que nos invita a dormirnos en la genuina belleza
de la contemplación.
Hay tantos umbrales que van dibujando el cuerpo.
Muletillas que se cansan de aparecer, la valentía a cada
momento,
Lágrimas y sonrisas como una montaña rusa
alargada,
aletargada,
almidonada de tantos milimomentos
que a nadie le importan
Pero a nosotros si,
y c u a n t a s v e c e s r o g a m o s
para que el tiempo se detenga
o avance rápidamente.
Sendero tras sendero,
algo de nosotros siempre quedó atrás.
Dejamos una huella,
a pesar de la maldita trascendencia.
A pesar de la maldición del ego.
A pesar de toda la cultura, del dedo inquisidor
A pesar de que somos lo que somos.
Se simboliza todo,
porque todo hay que mitigarlo,
porque todo hay que frecuentarlo,
una y otra vez
una y otra vez,
se disecciona todo
y la historia como un rayo individual
remueve toda nuestra indefinible condición.
Se simboliza todo
o tal vez hubo que detenerse a geografiar
la disposición al olvido.
Pero ¿cómo olvidarnos?
¿Cómo dejarnos fuera de toda la historia?
Y la historia llega,
como un paquete de galletas fritas,
como un almuerzo de fin de semana corto,
y se queda,
se queda para siempre,
copula con la cultura,
con la puta precondición moral,
y la moral nos quema,
nos ahoga,
nos hunde en lo mas hondo de la parodia:
Somos ubicados a la diestra de lo hermoso.
al lado del silencio,
enfocados en un exilio simulado
de la emblemática
satisfacción de perdernos.
Henos aquí, con tanto miedo
que nos permitimos tantas explicaciones
sin confesar que nada nos satisface
realmente.
Somos depredadores del tiempo,
lo devoramos sin piedad,
¿O acaso creen en la elasticidad del tedio?
Sería tan fácil poder terminar con todo esto....
Lo difícil es aceptarlo.
Lo difícil es negarlo.
Y a la mierda con la esperanza.
En esta planicie cultural,
en esta coyuntura ligada al destino fatigoso
de las estadísticas...
¡¡¡ Queda tanto por hacer !!!!
Hasta que el vacío nos separe
y nos cobije.
O donde la muerte,
nos comprenda.
No lo tengo muy claro...
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