:: El Alma Atiborrada de Banderas ::
Alejo Barrios, Vaparaíso, Sábado 18 de Septiembre en la madrugada... Distancia. Elegía. Superdeposicion de la contínua pronunciación de los caminos. La voz, esa, se pierde. Alejo barrios se hunde en la guerra del pacífico consumo. Son huellas, míseras pisadas de un futuro doloroso, límpio, alcaldício. Y a la mierda con todos los prejuicios sudurosos del delirante capítulo escalar, ese que se presenta como un mundo lleno de espejos. Si yo fuera el bicentenario, sería una noche artificial, que se escapa del aburrimiento cotidiano. Si yo fuera el bicentenario, sería un latinoamericano más, hijo del desarraigo crepuscular del siglo veinte, sin lugar propio, sin saber de donde vengo ni hacia donde me dirijo, una marioneta que vive, a través de los hilos del nacimiento, el desarrollo y la muerte solitaria, embriagado en un pequeño pupitre tricolor que debe, por obra y gracia del universo, defraudarse, defraudarlos y mas encima debe