Llantos de Jazz



Abrir los brazos....

Hacer frente a la tormenta, sin bajar la mirada, sabiendo que esa idea, me cueste la vida.

El mundo es un cúmulo de tiempos que caminando a lo lejos se devora los hilos prestos de la quieta esperanza. Lluvia de la tormenta que golpea sin piedad a los hijos de la incumbencia, esos que nos humillamos ante ti como títeres de un verano ya extinguido en las fauces consumadas.

Soñar...

A que el viento no me alcanza y la desdicha, amiga cual rastrera se aleja de mis noches para siempre.

Pasear...

De la mano con la musa que se oculta en velos de misterio.
Que de reconocerla no lo hago o quizás no ha llegado.

Hé de esperar que la noche nuevamente se burle de mis lágrimas y un agrado siniestro invada las sueltas caricias que no llegarán

¿Donde estas amada mía? ¿Donde te han llevado? ¿talvez a los caminos que el blues sólo puede componer para mí esta noche?

De seguro en el bar te encuentras, escuchando un jazz amanecido. Conversando con aquél hombre del que te hablé hace años, cuando miraba la luna. Defiendes a Platón con una sana e increíble prepotencia que quisiera mirarte escondido...al fondo de una mesa.

Un martini, quizás dos...y ya estas empezando a otear el horizonte...estás cansada de sentir ese deseo incontrolable de entregarte...a las caricias...
Buscas a un responsable, afanosamente en las miradas tratas de refugiarte...es en vano, lo sé...¡¡ no sabré yo de esas miradas!!...Esas que te devuelven un portazo y dan ganas de correr al vacío solitario de las calles. Caminar, llorando a veces, dirigiéndote a tu casa...renegando de tu dios y tu miseria, sabiendo que llegarás sin novedad en el frente, ni siquiera con medallas de guerra. Apareces en tu casa, pones la llave...entras... ¿Y que ves? lo mismo de siempre, un par de zapatos viejos dejados al pie de la cama, una camisa algo sudada, unos platos sucios, se sienten los ronquidos del que fuera el príncipe de la inocencia...Te sientas un rato... prendes un cigarro, la radio curiosamente se enciende, es un jazz...no importa, ya nada importa...la soledad es mas grande que las locuras del alcohol.
Te sometes a la rutina de acostarte a su lado, sin que le importe mucho...¡¡ No sabré yo de esos asuntos!!

Y así pasan los días...pasan los años...pasan los hijos, que nunca tuviste...y sin quererlo la nieve hace un descanso en tus tibios cabellos, los surcos de la tierra se reflejan en tu mirada y ya tus ansías de volar son sólo recuerdos de otros veranos ya enfriados. Miras hacia el lado ¿Y que ves? los mismos ronquidos, la misma camisa...un bello durmiente de esos que no envejecen, de esos que nunca han salido de su astuta caverna, que los refugia.

Si.

Quizás donde andarás amada mía, cubierta en velos misteriosos, pensándome...preguntándote ¿De donde será? ¿Que pensará? ¿Será?
Y mientras te lo preguntes, quizás llegue el día en que te reconozca...

Entre la gente...

Comentarios

  1. No quiero sonar como ned flanders... pero.. Fantabulantastico... Perdona mi comentario barato, pero es que en estos dias he de ser un entero desastre de pensamientos.. Saludos Dur..

    ResponderBorrar
  2. Acabo de leer mi comentario y veo que es una mierda (mi comentario)... Y no deseo que pienses otra cosa a lo que quise decir.. Que es: Fabuloso.. me encantó tu escrito.. Buena forma de extralimitar la narrativa inpersonal...

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Paganini (diabolus in musica) Adagio flebile con sentimento

:: Nocturno ::

La autopoiesis de Maturana (y Varela): ¿Seres sociales o seres individuales?