Los alegres albores del pasado se han marchado inconclusos, dando lugar al festín de trapos viejos, o tal vez algo cansados de tanta comulgación con el sentido lugar de una siesta aberrante, o con ganas de bailar…. Esta es la siesta que ha desfallecido a las razones inconclusas, o quizás se contuvo a las andanzas en pálidas meditaciones, olvidadas por el silencio, que no nace herido, sino así de simple: como un polvo de estrellas inaccesible, todo acabado, y por siempre fatigado... En estas horas en que una bandada de pájaros ha de volar un tanto bajo para obsequiar un instante previo al ocaso de la razón que se marcha lejos, es en esta hora que las letras ya se callan, para por siempre recordar, el vacio de un momento que quisieron las letras inmortalizar cuando los cristales ya se duermen....
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