:: Puente ::

BRIDGE — PALETTE KNIFE Oil Painting On Canvas By Leonid Afremov



Deconstruyendo el puente

Hacia adelante. 

El ciclo de un lento barco que vuelve siempre al mismo puerto.

Las mismas flores, el mismo lugar, las mismas fotos, aún si no volviera.

El éter cansado de las mismas palabras. 

Anclas que se lanzan como dardos en la lejana pronunciación de la nostalgia.

Entonces maúllas casi de memoria, o te ahogas con las espinas de un lento retorno al centro de la tierra, de la propia tierra, en aquél lugar donde los poemas sobran y no encajan, salvo en el ayer.

Entonces el puente conecta un recuerdo, una contemplación, un suspiro, un regocijo, un par de versos viejos y gastados como las palabras que se repiten en retahílas eternas cuando se dicen mas de la cuenta.

¿Cuando los verbos dejaron de importarnos? ¿Cuando dijimos palabras por decirlas? O quizás en el silencio fuimos cómplices de nosotros mismos, caminando las mismas calles que quisimos caminar, comiendo las mismas caricias que sofocamos con el aroma de la verdad que, seca en su recipiente, lentamente desaparece.


¿Cómo entonces se puede determinar la discreta reticencia a lo incompleto, lo que pudo ser, ese lugar y carne donde quisimos descansar por un tiempo, viajando en el tiempo y el espacio que se nos concedió para lamernos las heridas y en cuyo caso sólo pudo contener un par de lienzos eléctricos con jeroglíficos que ocultan mensajes serviles a la sincera querencia temporal y que en un futuro fueron anécdotas para la dieta inquilina de mover los dedos y fijar la vista sin llevarlos a la memoria?

Entonces en el puente la niebla, bajando cerros, pasteles partidos, goces en medio de la indulgente necesidad de arroparse sin querer mirar de frente ni de reojo, tirando botellas al estero binario, pescando millones de anhelos y quizás aparentando. Escondido bajo el puente, caminé siempre en silencio y le pedí que no dejara que diera la vuelta, nunca pude volver, nadie quiso volver.

Y los gatos me rodean con sus maullidos taciturnos, dibujando ciegos senderos por donde no se puede caminar sin construir un puente que conecte esta deconstrucción inalámbrica, hipotética, frenética y hostil a la renuente repetición de la ruta, cuando se deben colgar las mismas palabras, reincidir en las mismas nuevas equivocaciones, miedos que humean escondidos en el mismo lugar donde los dejamos, cuando cruzamos el mismo puente,

Una y otra vez

                                                Una y otra vez

                                                                                                       Una y otra vez...  

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