:: Cíclico ::




Es el ciclo, la salida, el desencaje, la brusca y delicada mueca que sugiere la normalidad.

La lucha interna entre lo bailado y lo prohibido, entre lo deseado y lo asumido, entre la cordura necesaria para no salir corriendo como un corcel siniestro, gritando por las calles, entristeciendo a tus ancestros que te miran con la cara torcida de tanto entender nada.

Luego son los hijos, a veces se cae la teja y la nobleza obliga a desencajar, aunque todo aquel que este libre de pecado podría perfectamente irse al infierno.

Tal vez sea la existencia un hoyo negro, un cuerpo con gravedad interior, un simple avatar para el deleite de los dioses, una indulgencia espiritual que conduce al meditado ostracismo con el solemos andar bajo el brazo, mientras naufragamos en la verdad de las redes sociales.

Esta es la realidad acomplejada de autosuficiencia, este hormiguero funcionando para las cifras que ovulan para los reyes magos del acaparamiento, para las viudas negras que tejen su red de influencias y tráfico de buenas intenciones.

Esta es la verdadera ceguera.

Esta es la desidia que sembraron en tu interior.

Este fue el triunfo mas meritorio del enemigo.

Ya vendrán los burgueses a hablarte del invento de la clase media: No existe.

Luego vendrán los peregrinos jactosos a vaciar su verborrea discreta sobre el ocaso de las grandes alamedas: No existen.

Y por último, tu espejo: Que vergüenza.

Que vergüenza....

ES quizás la normalidad que te sugiere una brusca y delicada mueca, es tu desencaje (que a nadie le importa), eres la salida,

(y lo peor)

parte del ciclo.

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