Entradas

Mostrando las entradas de abril, 2015

:: Tropiezo ::

Imagen
Ella quería llover,  sostener un cuerpo en el abismo,  o simplemente apaciguar el bochorno de pensarlo todos los días. Imaginarlo como una ruleta rusa,  una premura lenta o una pequeña casualidad. Ella esperaba, como todos los días,  sentada en el mismo lugar a la misma hora,  en el mismo día,  los años son todos iguales,  las décadas pasan  y la vida se va aclarando,  a veces da pena,  a veces es bueno saber lo que viene,  a veces dan ganas de que los días vuelvan,  o también que faltan horas y el mañana sobra.  Ella quería llover sobre sus recuerdos,  emanciparlos de la inquisición moral,  apapacharlos con la ternura de un domingo trasnochado,  soplarlos al viento como un diente de león;  al final eran sus recuerdos los que la sostenían en el abismo,  mal que mal, la fábula de los perros quejumbrosos no es otra cosa que un simple murmullo detrás de la reja, sin muchos impuestos,  coludidos con los cerdos, escarbando el cad

:: Aburrido ::

Imagen
Ella quería limpiar las arrugas de sus fundamentos,  teñirse el pelo de tonta que siempre le jugaba una mala pasada,  soñaba por la noches con erradicarse de sus anhelos. Ella caminaba descalza entre la jauría de amuletos a los que se encomendaba cuando iniciaba un nuevo día. Se sabía de memoria las peripecias con las que domesticaba  esa inmarcesible carencia de tiempo. Ella gustaba de lamer sus encantos, amaba la humildad de la noche, la indiferencia de las estrellas,  el misterio de la niebla, la voluptuosidad de lo desconocido, la preocupación del tedioso amanecer. Ella lustraba los guantes con los que se defendía a muerte de la despistada conjugación de las casualidades, esa simpática  demostración de poder que nos hace el misterioso encuentro con el olvido. Para ella no había motivos para comportarse, mal que mal,  todo era un asunto del instinto; el amor era, sin embargo, una cuestión religiosa: puede la sangre hervir a fuego lento