:: Marismas en el Océano ::
Esto de ser el agua que pasa por el estero
y que se junta con las otras,
en el océano. Esto de creerse el cuento, como si la vida propia,
fuera la mejor novela que podamos realizar.
Esto de mudarse y mudarse de corrientes ambiguas,
siempre buscando un terrenito firme, una pequeña certeza,
algo a que aferrarnos en la monotonía de las dudas,
que nos consumen
l e n t a m e n t e. Y las corrientes intentan arrastrarnos,
y los vaivenes a veces tratan de cubrirnos de barro, de estiércol,
de almidonadas contemporizaciones de los destellos
sutiles, fútiles y aciagos.
Esto de vivir en un delirio colectivo,
que se disfraza
¡ si señor !
En esta notoria predominación del sarcasmo,
en esta post-extenuante alucinación de los sentidos.
Esto de estar enchufado, en un caudal de propio cultivo
Santificarse como el mayor de los milagros,
a diario.
Esto de lamerse las desgracias,
Esto de hacer girar la tierra en torno a nuestros zapatos.
Esto de levantar la mirada
¿Para qué?
¿Para qué seguimos tratando de volver a la montaña?
Esto de negarse siempre, a la idea de formar parte de algo mucho mayor.
Esto de negarse a la negación de sí mismo.
Esto de secarse en arena, para salir huyendo de las huestes de la ignorancia post-obligatoria.
Esto de dolerse en lágrimas, esto de saltarse el foco y desaparecer como un bostezo fúnebre.
Esto de zafarse de las garras del viento, de la sugestión de la luna y todos los astros,
esto de colgarse de las ramas de un árbolillo viejo, esto de mirar a través de ti, a través de mí, a través de nuestras historias que no convergen.
Esto de sentarse en el mundo, sin que nadie nos vea.
Esto de cerrar los ojos y buscar las constelaciones correctas, el calce preciso.
Esto de no renunciar a ser el agua del estero, a ser la tinta de la muerte que pronto nos llevará
Esto de perder el tiempo sin hacer lo que importa,
realmente.
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