:: Lobos Y Murciélagos.::
Era el cielo
un pedazo del olvido partido en dos,
en donde los lobos correteaban las nubes
y los murciélagos opacaban al sol.
Una cosa extraña jugueteaba con tu pelo
mientras el pasado insistía en ojearte
las monedas,
esa que cambiabas por un chocolate
y una sonrisa del kiosquero. Quizás esa sonrisa
era de yapa
ante tanta desolación que mostraban
las desafiantes pesadillas
que, como los cuervos,
se posaban en tus hombros
para condenarte al exilio de los segundos
cuadráticos
hemisféricos,
y tan dominicales
esos que pasan y pasan cuando una silla
es tu única compañera,
cuando la nostalgia se imprime en las constelaciones
sobre todo en la cruz del sur.
¿Sabes? lo años vuelan como las aves,
Libres,
como las hojas gastadas de nuestra pequeña historia,
como las lágrimas que se nos pasan de lista
y se escapan por las erosionadas mejillas,
por esa terca apreciación de la vida,
por esa miserable condición humana
por esa melodramática explicación
sobre las decisiones
que no son más que eso,
extorsionadas inclinaciones a la falacia
sobre un asunto que no tiene nada de verdadero
porque ¿qué es la verdad sino
un simple testimonio que nos cobija
del frio misterioso de la existencia,
o es que acaso esto no es sólo un mal sueño,
o quizás el mejor posible?
alto y bajos como el cielo y el infierno
como la montaña y el mar
como el boldo silvestre
o el litre.
donde no hay falsos dioses
ni pequeños demonios.
Una poesía cansada podría calmar tus pasos.
Un testamento de dos mil años
te conforta, una carta olvidada en el buzón de tu corazón
esa que escondiste, esa que siempre miras por las noches
para recordarte al menos,
lo poco que queda de tu esencia,
esa que poco a poco te abandona
pues no quiere morir contigo
porque ya no te pertenecen.
Entonces,
asuntos tan mundanos como estos,
sólo pueden tratarse
de lobos
o murciélagos.
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