:: Adios Delfin ::
Te posabas en el sofá, como una sombra,
como aquel compañero solemne.
Podías pasar tardes enteras
soportando las melodías desafinadas
de mi guitarra, que incluso me llegabas
a convencer de que eran buenas.
Tus grandes ojos siempre vigilaban
los borrachos comportamientos
de estos simios parlantes
que te adoptaron como su sombra.
Eras el hijo felino de los peces, el fruto del amor nuevo
que refresca el alma, que saborea los espacios
compartidos, que saquea todas las caricias
que florecen en el horizonte virgen
de los que tratan de juntarse para encontrar nuevos caminos.
El eco de tu ronroneo aun retumba
en mi pena, por mis piernas sueles pasa
para alivianar la carga y robarme una sonrisa.
Gato, hermano, amigo, tú que nunca nos dejaste
a pesar de tener miles de motivos.
Gato, hermano ahora te marchas
para no volver, por que la vida a veces
es injusta, es cruel con aquellos
que solo saben de las cosas del amor;
porque tú me enseñaste lo mas simple
de la vida: vivir a pesar de las carencias,
a pesar del dolor, a pesar de que hace rato perdiste
tus nueve vidas.
Gato, te extraño,
Te quiero,
Te extraño...
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