:: Paseamos ::
Particulares calabozos se confiesan como tibios momentos de un otoño que insiste en alejar al sol para encerrarlo en el horizonte. El privilegio ordinario que se sumerge (inexplicablemente) en la humedad de tus pasos , en la sombra que (silenciosamente) sonríe muda, en aquel exilio del tiempo malgastado. Quizás uno piensa (a veces) que las imágenes y los colores son solo aglomeraciones de la casualidad que se desborda por todas partes, símbolos muertos de una razón que no ama, de una ilusión que no promete, de una agitada meditación bebida en el luto de los días que se han ido. ¿Es posible que quede un espacio para juzgar la contingencia? Quizás no tengamos tiempo ni para nuestros asuntos...