El mundo es red-on-do
Era lunes...
Fin del ultimo acto...
Es tan sublime mirar la hierba partir a otra parte
cuando se hace la dicha por la mañana.
Cuatro días no son suficientes para entender que se esta sólo en el mundo
y, al menos,
se es cómplice de fundamentos
(profundos)
de libertades...
o caricias
Los minutos se apuran en pasar
como asustados de tanta belleza
en la inquieta presencia de la afinidad
que se esconde tras la melodía incesante
de los besos que se regalan
sin tener un atisbo de conseguir en ellos
nada más que un lamento
si, un lamento
de esos que se encarcelan en la memoria
para disfrutarlos al final de cada día.
Yo quise dibujar tu rostro
y lo hice
tú dibujaste un silencio en tu mirada
cuando entraba ya la tarde
y se hizo...
¿Es que es necesario resumir el clamor de cada
parte de mi cuerpo al relacionarme con el tuyo?
Cada palabra rebotaba en un devenir detectivesco
de esos que se cuidan y a la vez buscan el camino más largo
a la travesía enorme de encontrar románticos pasadizos de la historia
en la razón.
No hay nada más delicioso que ser cómplices de subjetividades
protegidas por el manto exacto de la mutua contingencia
o el tributo a la falacia que presentamos a los demás...
filosofías somnolientas que se esconden en marraquetas
de leche
o quien entiende...
en redondas alacenas de pescado frito al desayuno
Era martes...
fin del último acto...
Una despedida se tornaba gris entre la silueta desteñida de un
asiento en las alturas...
yo sólo movía los brazos como jugando a las mariposas...
La marcha de tus gestos se hace eterna,
en el metro se dibujan puntos sistemáticos
que orbitan
(obviamente)
alrededor de mi sonrisa,
aquella que invita a un dejo
(irresistible)
de colgarte en mis recuerdos.
y en cada momento se corta el diluvio
de las tormentas
cuando las soledades se hacen una
para formar la melancolía
o la inocencia.
Era miércoles...
fin del último acto
Un nuevo día
Una nueva voz
que revolotea en los recuerdos
extraños
de mi cabeza
o la tuya
Para que más que nunca y en este momento
sea sólo
un para nada eterno
pero ambicioso
llamado al tu y yo.
-------------------------------------------------
Que de criterio me carece...
Fin del ultimo acto...
Es tan sublime mirar la hierba partir a otra parte
cuando se hace la dicha por la mañana.
Cuatro días no son suficientes para entender que se esta sólo en el mundo
y, al menos,
se es cómplice de fundamentos
(profundos)
de libertades...
o caricias
Los minutos se apuran en pasar
como asustados de tanta belleza
en la inquieta presencia de la afinidad
que se esconde tras la melodía incesante
de los besos que se regalan
sin tener un atisbo de conseguir en ellos
nada más que un lamento
si, un lamento
de esos que se encarcelan en la memoria
para disfrutarlos al final de cada día.
Yo quise dibujar tu rostro
y lo hice
tú dibujaste un silencio en tu mirada
cuando entraba ya la tarde
y se hizo...
¿Es que es necesario resumir el clamor de cada
parte de mi cuerpo al relacionarme con el tuyo?
Cada palabra rebotaba en un devenir detectivesco
de esos que se cuidan y a la vez buscan el camino más largo
a la travesía enorme de encontrar románticos pasadizos de la historia
en la razón.
No hay nada más delicioso que ser cómplices de subjetividades
protegidas por el manto exacto de la mutua contingencia
o el tributo a la falacia que presentamos a los demás...
filosofías somnolientas que se esconden en marraquetas
de leche
o quien entiende...
en redondas alacenas de pescado frito al desayuno
Era martes...
fin del último acto...
Una despedida se tornaba gris entre la silueta desteñida de un
asiento en las alturas...
yo sólo movía los brazos como jugando a las mariposas...
La marcha de tus gestos se hace eterna,
en el metro se dibujan puntos sistemáticos
que orbitan
(obviamente)
alrededor de mi sonrisa,
aquella que invita a un dejo
(irresistible)
de colgarte en mis recuerdos.
y en cada momento se corta el diluvio
de las tormentas
cuando las soledades se hacen una
para formar la melancolía
o la inocencia.
Era miércoles...
fin del último acto
Un nuevo día
Una nueva voz
que revolotea en los recuerdos
extraños
de mi cabeza
o la tuya
Para que más que nunca y en este momento
sea sólo
un para nada eterno
pero ambicioso
llamado al tu y yo.
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Que de criterio me carece...
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