:: Gorriones para no dormir ::
Ella no dormía pensando en los gorriones que se posaban en los cables del tendido eléctrico, a las 11 de la mañana. Insistía en mirarlos, en comprender todo este silencio de una ciudad dormitorio, en donde las moradas guardan luto por su habitantes que partieron temprano a lugares que si les preguntasen, no quisieran ir... pero se las vendieron desde que eran niños, y siguen comprando... Ella no había podido pegar los ojos, tenía sueño, y los gorriones ahora revoloteaban su cabeza. Pensaba en cómo una sonrisa podía mondar el alma para convertirla en una sagrada reliquia que se almacena el cuerpo, sin pensar en que toda decisión puede provocar que las alas de una mariposa destruyan el pequeño cosmos interior de una ilusa equivocación duradera. Espasmos en el mediodía de la nada, Un vientecito helado acompañando las nubes que nos protegen de la furia del sol, el pasto seco de la mediocridad contrasta fuertemente con el verde la esperanza, o la envidia; al