:: ¿Qué significa ser un verdadero revolucionario hoy en día? ::
Es interesante lo que plantea Žižek, la gran crisis es la del proletariado al cual le han arrebatado hasta el cógito cartesiano.
Si tomamos el caso de Chile y, citando a Longueira, es evidente que en los últimos 20 años se ha gobernado con una lógica de centro derecha. No hay ninguna duda, el paraíso del progresismo, la contienda es desigual hace rato y la conciencia de clase es un mito del siglo pasado.
Lo que me llama mucho la atención es el nulo trabajo de bases que se ha realizado por parte de la izquierda chilena. Insisten en una lucha ideológica estéril, como dice Žižek: "llenando de polvo las pelotas de los poderosos" mientras nos violan a diario.
Ahora bien, yo comparto que la lucha sea pacífica e ideológica y acorde a los tiempos y las condiciones actuales. Pero, discrepo de que seamos capaces de presentar una propuesta paralela, o si se prefiere contraria, al modelo de gobierno actual. ¿Por qué siempre se hace una mirada macro?. Hay muchas experiencias positivas que hablan de organizaciones que están fuera de la institucionalidad y funcionan muy bien.
Es cierto que dependemos de todo este aparataje, nadie está libre del capitalismo absoluto y, en cierta manera, hemos dejado que esto suceda porque nos parece cómodo, incluso hasta placentero. Es por esto que solamente nos queda lo ideológico.
Entonces, mediante el trabajo de base se debiera reafirmar la ideología, pero siendo audaz, tratando de promover un frente amplio de organización paralelo a la institucionalidad.
En mi experiencia como poblador del área sur de mi ciudad, puedo dar fe de esta privación del coito cartesiano que nos han hecho. Pero, a pesar de todo, aún siguen existiendo muestras de solidaridad, de preocupación por las desgracias del otro, aún se fía y se reconocen las personas, tal como lo narra muy bien mi amigo Javo Díaz en su cuento "Al Lápiz"
Es cierto que hay un nulo conocimiento de cómo funciona todo este engaño progresista, pero ahí debiera estar la auto-crítica de los intelectuales y políticos de izquierda: Nuestro pueblo no tiene las herramientas para justificar una revolución basada en las ideas de Marx.
Que no nos de miedo hablar del marxismo !!!! al cual Sartre lo definió como la filosofía de nuestro tiempo.
Hay que retomar el trabajo de bases, empezar a dialogar, a debatir ideas, a construir a través del lenguaje. Hemos dejado de lado por mucho tiempo al lenguaje como agente de cambio.
Si tomamos el caso de Chile y, citando a Longueira, es evidente que en los últimos 20 años se ha gobernado con una lógica de centro derecha. No hay ninguna duda, el paraíso del progresismo, la contienda es desigual hace rato y la conciencia de clase es un mito del siglo pasado.
Lo que me llama mucho la atención es el nulo trabajo de bases que se ha realizado por parte de la izquierda chilena. Insisten en una lucha ideológica estéril, como dice Žižek: "llenando de polvo las pelotas de los poderosos" mientras nos violan a diario.
Ahora bien, yo comparto que la lucha sea pacífica e ideológica y acorde a los tiempos y las condiciones actuales. Pero, discrepo de que seamos capaces de presentar una propuesta paralela, o si se prefiere contraria, al modelo de gobierno actual. ¿Por qué siempre se hace una mirada macro?. Hay muchas experiencias positivas que hablan de organizaciones que están fuera de la institucionalidad y funcionan muy bien.
Es cierto que dependemos de todo este aparataje, nadie está libre del capitalismo absoluto y, en cierta manera, hemos dejado que esto suceda porque nos parece cómodo, incluso hasta placentero. Es por esto que solamente nos queda lo ideológico.
Entonces, mediante el trabajo de base se debiera reafirmar la ideología, pero siendo audaz, tratando de promover un frente amplio de organización paralelo a la institucionalidad.
En mi experiencia como poblador del área sur de mi ciudad, puedo dar fe de esta privación del coito cartesiano que nos han hecho. Pero, a pesar de todo, aún siguen existiendo muestras de solidaridad, de preocupación por las desgracias del otro, aún se fía y se reconocen las personas, tal como lo narra muy bien mi amigo Javo Díaz en su cuento "Al Lápiz"
Es cierto que hay un nulo conocimiento de cómo funciona todo este engaño progresista, pero ahí debiera estar la auto-crítica de los intelectuales y políticos de izquierda: Nuestro pueblo no tiene las herramientas para justificar una revolución basada en las ideas de Marx.
Que no nos de miedo hablar del marxismo !!!! al cual Sartre lo definió como la filosofía de nuestro tiempo.
Hay que retomar el trabajo de bases, empezar a dialogar, a debatir ideas, a construir a través del lenguaje. Hemos dejado de lado por mucho tiempo al lenguaje como agente de cambio.
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