:: Ecce Homo ::
Yo esperaba que a mis treinta y tantos años podría zanjar ciertos asuntos demenciales que tienen que ver con la verdad, la razón o las tinieblas. Esperaba que los veranos no me fueran tan lejanos, que las tardes no tuvieran fin en sí mismas y que las personas a mi alrededor me importaran muy poco Creia que a los treintas y tantos años, los bancos de las plazas me serían indiferentes; que las mujeres me servirían como el amuleto de mis pasiones, que los hombres serían compatriotas en el nuevo continente, que se descubre a diario; que mi madre sería un verdadero estorbo y mi viejo, como siempre, un mero adorno. Pero a los treintas y tantos años, La verdad se funda en la falacia, la razón le pertenece a los dioses de la tierra quienes se reparten el mundo cual juego de salón, las tinieblas es el único lugar que a veces me gustaría conocer, Los veranos siguen tan lejanos como siempre, las tardes son un simple subterfugio para envejecer, las personas son e