:: Desencaje ::





Saltar al vacío.


Patear las dudas obsoletas
por la pendiente


de una calle mal habida.




Gemir.




Culturizar.




Hacer de las experiencias


una situación cotidiana,


un karma


que asesina la voluntad


(gloriosa)


de armarse hasta los
dientes,


para estrujar las grises
nubes


que limpian las heridas
del invierno.




¡¡el Invierno!!




El insensato invierno de
todos los días,


que hasta hace algunos años


sólo se trataba de abrigarse un poco más,


para capear el frío temporal de la soledad


que copiosamente nos acompañaba,


sin provocar molestia alguna.




Profetizar nuestros ideales.




Destruir el plástico recuerdo


de los que aparecen


(de repente)


como juguetes del destino,


como imágenes borrosas


de un sueño infante que
quiso ser,


pero no fue…




Deshojar las teclas de un eléctrico


suspiro,


convencer al miedo,


para que se haga trizas


frente al reflejo de un monitor,


ese que pixela las melancólicas ganas


de revelarse al tiempo,


ese abuelo permisivo de
los precisos


momentos del dolor,


que se amontonan en un par
de letras virtuales,


dedicadas a nuestros demonios,


¡¡a nuestros más preciados demonios!!


como si de exorcismos se tratase la vivencia,


que descoloca,


que camina erguida en el baúl


de las falacias.




Hay que hacerse cargo de los juramentos:



Esos que se dedican a conceptos prestados,


cuando los cuchillos caen,


sobre el guante negro


de las obligaciones


para derramar la dulce sangre,


de los que se han comido los pies,


de puro gusto,


con el pretexto de querer volar,


junto a las estrellas.




¡¡Ilusos fantasmas!!



No han observado dentro de su alma


la violenta velocidad con que corren los astros


a paso firme


(en las avenidas olvidadas)


del universo coloquial de
las miradas...


esas que se desdoblan


en los subterráneos subterfugios
que producen agujeros en serie,


esos que se utilizan para
esconder la cabeza,


la memoria


y un par de verdes labios,


que dejan salir del cuerpo,


las moscas vomitivas


que se articulan malgastadas,


superfluas


y arrugadas


de tanto ponerlas en el
frente


de todos los asuntos.





¡¡Ahhhh…!!





Si sólo la vida fuera un recorrido imaginario,


de confusas situaciones simbólicas,


de plagiados sentimientos que se lustran


para exponerlos relucientes


al sano juicio


de los actores secundarios
del día a día,


ese que se cuelga mojado
de tanto recorrerlo,


con las razones recubiertas de ingenio,


que sólo sirven para acrecentar las dudas,


con las ropas viejas que
cubren el corazón,


entre tanto algoritmo despiadado, que se programa
para digerir calamidades cotidianas;


entre
tanto silencio que ofusca, que promueve las distancias, pintándonos un indolente funeral


en la mirada.




Si sólo se tratara de artimañas


que hicieran posible


el astuto engaño


a la voluntad de darnos cuenta de lo que podemos llegar a realizar


(con toda la razón)


El descubrimiento de las experiencias nuevas que arrasan con el presente


para dejarlo inocuo,


inservible,


maloliente,


como una delicada fotografía que se archiva para los hijos,


de nuestro hijo ,


de nuestros hijos,


de nuestros hijos,


que nacieron muertos de tanto olvido.





Los latigazos de un despertador, la cuentas, el vino, los cigarros, la mesada, los hijos, los
padres, el atraso, caras largas, ...




Sofocadas alegorías que se toman de las manos, para hacer la ronda de las contingencias.




Henos aquí, bajo el telón
de la historia que quisimos vivir,


creando el desconcierto de las responsabilidades,


que cada uno adquirió


para hacerse libre


de promesas innecesarias.




Castillos en la arena


que se construyeron


junto al pesado saco de las historias


paralelas


para comulgar con la idiosincrasia,


con la indirecta religiosidad de los
asuntos


que no nos revelan ni nos desnudan,


mas bien nos condenan a la
hoguera


(¿eterna?)


de las equivocaciones.





Mirar tras el hombro,


decir adiós con una sonrisa,


para luego aferrarse a la línea recta solitaria


que
no se junta con ninguna otra.





Entonces,


el truco consiste


en


hacer


que se doble.


Comentarios

  1. Escafranda que vuelas
    das vueltas
    revoloteas
    mariposa
    deglutes
    comes
    como moscas

    revulan dentro de ti
    esofagica
    demencial

    dolor de una mujer
    que quizas
    jamás
    tendrás...

    (Deja de dar vueltas... Aunque... Escribes como un dios cuando estás embriagado de espirales)

    ::Ed::

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