:: Nocturna Imprecación ::
Hace tiempo que los iracundos momentos de la eternidad,
no hacían vista superflua de mis vestigios quijotescos,
cuando la noche se hace mas larga que de costumbre.
Es curioso:
Hay veces en que la lengua se olvida
de tan difusa bifurcación subversiva,
que hace del placer un testimonio,
cuando uno se sabe el arlequín de sus caricias,
un disparo supremo, al horizonte de un camino de pálidas apreciaciones de lo exacto,
cuando el omnipresente gladiador de las escuetas miradas,
se diluye en un vaso de vino negro,
que se es bebido como aquel guardián de infancias olvidadas,
y por montones rechazada.
Soliloquios en la medianía de la noche.
Un pájaro de vientos helados
se posa en el corazón de la inercia notable,
que olvida al hombre que supo de misterios y desastres.
La existencia se quiebra en partes iguales,
cuando las manos se profesan en la cabeza,
como si un relámpago de maldecidas falacias
son la verdad predilecta,
de aquellos mantos rojos de carbón blanco,
que la fogata de la humillación ha de iluminar como una novela,
a punto de amanecer en pálidos aposentos.
Dolores de partos innecesarios.
Taciturnas palabras que no dicen absolutamente todo.
¿Y por qué?
¿Por qué he de esperar la esencia poderosa del ser ,
que se esconde muy adentro de mis asuntos,
que a nadie importan,
y que por cierto no han de tropezarse?
¿Qué es la historia sino un regalo malgastado,
de la propia aceptación de conceptos algo prostetizados,
y sin embargo se saborean como un pequeño demonio
en la conjunción de nocturnas melodías, que han de sodomizar al mas gastado
de los inocuos y angelicales testamentos,
que hablan de proféticas malversaciones sentimentales,
frutos de un halito podrido en la inmensidad de conjugaciones,
deducidas del impuesto al cuento de hadas,
cobijadas entre las piernas irresponsables
de tantos alaridos sobrios,
cuando lo importante es romper el clamor furibundo de un espejo roto,
y mal parido,
que se consume en la soberbia colocación de momentos efímeros
de tamaña estupidez?
Dolores que son apartados del rompecabezas.
Histerias que son arrancadas de la profunda observación del horizonte
que se dibuja solo,
sin ayuda de nadie,
de nada.
y para todos algo que no pudo ser un secreto,
(necesario)
en las postrimeras llagas de un cementerio,
que se construye en la inmediatez de la alegría
(estrepitosa)
de saberse un plácido sabor a muerte,
un vórtice de ideas necias,
que crecieron entre la madreselva ploma de la ingenuidad,
un montón de cabezazos malolientes contra la pared del universo,
un charco de secas lágrimas que fluyen en el hombro de la vida,
¡¡¡¿y que mas da?!!!
Si de cuando en cuando hay fotografías que han de velar por el recuerdo.
Maltrecho consuelo de los buitres que devoran la existencia,
sopesando algún capricho pendenciero,
aplanando los caminos morados de la liviana provocación de ambiguas apreciaciones
(notorias)
estrechando los dedos contra algún remoto control de parodias de la quimera,
usando el amuleto de las brujas para escarbar en el fondo de la mierda
y así sentirse parte de una efímera conmemoración de las mazmorras talentosas,
que han de poner el vientre de la imprudencia en criogenia,
pues así funcionan los fundamentos,
paridos en ecléctica reunión de conceptos,
que ironizan la persecución de la humanidad,
por la definición absoluta de la confluyente adversidad.
La indolencia nunca fue tan escasa
para tapar tanto tormento sometido,
por el capital humano que no se detiene,
pues el complejo sufijo merodeador de aquellas almas silentes,
siempre se ha alimentado de singulares colores de la experta invocación de muertos en vida,
que dibujan bolsillos rotos,
un par de tecnológicas imprecaciones
esas que vendan la mirada asertiva
de los que alguna vez fueron parte
de aquella savia nueva,
que dibujaría el camino de la luz en la miseria,
o quizás se hicieron parte de los ilusos meteoritos
que llevarían a la tierra a una nueva edad de las cucarachas…
¡¡¡ y a quién le importa !!!.
La fascinación por atómicos malentendidos
se ha fusionado con histriónicas presentaciones del poder,
ese que se somete a juicio,
cuando la celeridad del horizonte desparece,
dando paso a una noche eterna,
a un desierto de bocas blancas
que no han probado bocado alguno,
ni mucho menos se han sentado en tronos que huelen a cloro,
a espermas,
o quizás un par de viejos momentos
que se esconden en la memoria,
para darles sentencia de muerte,
cuando los sentimientos se ahogan en alcohol,
en un par de drogas meditabundas,
o en placeres tan mundanos como mirar el atardecer en los ojos de un niño.
Maldita la puta y triste historia del ser humano,
que se cobija entre las asesinas continuaciones de lo que siempre fue un absurdo.
Bendita tú, mi muerte,
que cierra los velos del dolor de saberse en pocas palabras: Uno Sólo.
Bendita mi madre que me parió en esta época plana,
sincrética,
y sin igual a ninguna otra.
Bendito el final de una historia,
(que se cierra)
hasta mañana.
Cuando los odios desaparezcan.
Nada para publicar? Editores? Imprentas? Intenciones en tu mente de moverte y buscar hacer públicos tus libros mentales o blogeados?
ResponderBorrar::Ed::
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