3.25.2009

:: Eleonora ::



Un súbito letargo se dibujó en el ceño palpitante de Eleonora.
Su mirada se pausaba,
Incesantemente,
en el devenir extraño,
de ciertas apreciaciones inubicables,
que se escondían sigilosamente,
en el último cáliz de su vientre.

Una caricia…

Un cruel recuerdo….

Un puñal que jaló el gatillo de la inmediata necesidad
(que nos une a todos)
cuando nos escabullimos
entre los pasos de la muerte…

dejando atrás una historia…

una triste historia de cálidas palabras,
de muchos rostros entre la niebla,
apagando la luz de una sociedad corrompida por la desidia
y la indolencia.

Eleonora dejó de percibir su aliento.

Partió

Ya no quiso saberse mujer maldita,
madre señalada,
ni mucho menos petrificada,
no quiso cortar las alas de su ángel
que acaba de caer.

A todo esto,
(muchos de nosotros)
le llamamos un aborto.

3.21.2009

Ocho Treinta y Dos - Fin - Parte uno.




El contraste de dos continentes inaccesibles,
han dado origen a la completa
e incomprensible
desilusión,
de dos anhelos inconclusos,
que se han teñido de dolencias,
inmediatas.

Cada cual haga la lectura,
que considere,
conveniente.

Hay un vacio entre dos historias inconexas,
aquellas,
que no han dejado de lidiar,
con tantos eructos innecesarios,
que simplemente no se han mojado,
en las supuestas lágrimas,
de la inepta
(y casi inaccesible)
desazón de las murallas,
que dividen,
y no mienten.

Yo me deshago de la responsabilidad del viento.
He renunciado al lenguaje.
He involucrado tantas excusas,
que me han dejado ciego,
sordo,
y algo inocente,
al dibujo de las promesas,
que nunca tuvieron cabida,
en la condenable apreciación del tiempo,
que corroe las vivencias,
que las entierra,
(sagradamente)
para resucitarlas,
en momentos tan inoportunos.

Hay aciertos en que la elegancia,
se ausenta.

y a quien le importa!!!!

Nuevamente renuncio.
Renuncio al coito,
esta vez hace motivo la convergencia,
para que el lenguaje reviva,
en cuanta letra castigada
que se dirige a las mansardas.

No se debe resucitar a los muertos....

Dejemos que partan,
y se instalen,
en el corazón de la memoria

donde los misterios

(nuevamente)

acontecen.

:: El Rio invisible ::

Es hacia el ocaso, hacia esa curiosa, hacia esa curiosa,  hacia esa curiosa dirección por dónde nos inclinábamos cuando éramos chicos. En el...