¿Y quienes somos para citar la palabra como el escupitajo sagrado de los dioses, para enjaular los pájaros divinos que quisieron volar, a expensas de la negación silvestre de la esperanza?.
4.18.2016
:: Doble Sentido ::
En la complejidad de la simpleza, un grito desesperado camina mansamente por nuestra poderosa respiración.
La vida como un millón de luces que brillan desde su interior., cayendo al vacío, sin ganas de morir.
Esta pulcra edificación de mentiras, esta inter subjetividad que suprime la libertad de implosionar y desaparecer.
Henos aquí, hacia el exterior, en este cuerpo para atestiguar ante los otros; en este diálogo eterno entre las sediciones contra el sinsentido y las cavilaciones escatológicas, entre las expectativa y lo que se nos va de las manos, entre la soledad de nuestra propia voz que nos acompaña y nos aconseja.
El tiempo nos deshoja las entrañas, abre un espacio para la contención del cuerpo, nos lanza como esas gotas con brillo propio para mellarnos lentamente, apagando toda señal de olvido.
La insensatez de estar en lo correcto, la torpeza de toda nuestra verdad. Esto de ser una clave para un valor prestado, un mero trámite de la conservación de la especie,
esa que lentamente se come el sol.
o el universo,
mas tarde,
tal vez.
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