Cinco minutos antes de acostarme.
La niebla derrumbaba los misterios en una par de segundos
El chiste, entonces, no consiste en hacer que se las cosas
dejen de ser algo ilusorio,
sino mas bien en dilucidar si las decisiones tomadas
permiten deslizarnos entre esa niebla espesa, sin tiempo
pero con mucha impotencia retenida...
El misterio gozoso de las cosas que ocuparon tantas horas de nuestro tiempo,
para transformarse en los lejanos recuerdos
de locas añoranzas...
El cara y sello de los laberintos solucionados,
las puertas no derribadas,
el árbol frondoso que ya es imposible echar abajo,
porque las raíces se van poniendo mas tercas que viejas
mas cuerdas que sabias, mas solas que nunca...
Vuelven las hojas del exilio
a poblar los recuerdos,
vuelven a posarse tan verdes como las falacias
de una historia no contada.
Nos entumimos de miedo, nos rascamos
las heridas de la eternidad, nos engullimos las groseras
perspicacias,
para ahorrarnos tanto daño colateral...
Exequias salinas de un empinado misterio,
las noches extrañarán las sinfónicas predicciones
encontradas en un acuerdo de horas solapadas,
en un pequeño espacio común, en una tumba de luciérnagas
grises, donde los pañuelos sobran, las migajas faltan
y las marañas no dejan de narrarnos obituarios
cotidianos.
¿No te has encontrado alguna vez con la mano en el mentón, mientras
el mundo
se empeña en arrastrarte hacía el pequeño eje de la tierra?
La mirada se nos aleja paulatinamente, como una nube después
de la tormenta, el sol se cuelga como un amuleto, y nuestros días pasan
y pasan, y nuestro mentón sigue sosteniendo la auto-felonía ...
Entonces, llegará el día en que nos sentaremos en la copa del árbol,
miraremos la infancia como algún cuento viejo, como una estrella que
poco a poco deja de brillar, sabemos hace tiempo que ha dejado de existir,
pero no importa, no hace falta.
Saltaremos de la mano, creyendo que volar era el negocio...
O quizás simplemente creeremos que el mundo era muy pequeño
para todos los involucrados...
¿Y quienes somos para citar la palabra como el escupitajo sagrado de los dioses, para enjaular los pájaros divinos que quisieron volar, a expensas de la negación silvestre de la esperanza?.
8.28.2012
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