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Mostrando las entradas de diciembre, 2009

:: Mesa Familiar ::

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(1) Amanece la mesa, (afirmada), en el piso viejo de esta presurosa pasividad, que acontece como la indeleble mancha, desparramada por la ciudad, que da cuenta de un batallón vencido, inerte y sin razones. (2) Si, Son códigos colgados en el borde de la mesa, que son digeridos por la hormigas veraniegas, que son acomodados por el vértigo de las lecturas incomprensibles, y a la vez son maltratados, por la diestra facilidad, con la que se rompe una realidad, que no concluye y desaparece. (3) La mesa no sabe de razones. No conoce las lastimeras predicaciones del fundamento innecesario, no confiere pecados, ni acalla sus penas. La mesa solo observa. Se estremece con golpes de puño que caen derrotados, en su cuerpo de madera. Se moja con lágrimas ajenas, se calienta con un hervidor. Sufre los embates de las cenizas y de los borrachos que la desesperan o la hacen reír. La mesa se desordena. Se pierde. A veces se limpia. Otras, se vuelve a limpiar. La mesa espera. Extraña el sabor del bisté a

::.Diálogo en Copula Menor entre el hombre y la poesía, Ambos Invisibles.::

Yo estuve casi, Casi… Que me revolcaba de lujuria barata, con la puta imagen de la poesía. Esa que se despide, cuando los espejos de las letras, para todo ajenas, escupen humo blanco, (en esencia concordante) que en si misma hacen fila, para la repartición de enormes zancos chuecos y así poder asomarse, por sobre las grises calabazas, que cubiertas de tanta indiferencia intelectual, han tejido su bandera de seda, atingente, obviamente, con la soberana risa de los dioses, que editaron sus libros imaginarios. Huidobro tuvo mala puntería al acusar al pueblo, cuando lo que debía hacer era erradicar panaderías milenarias, que producen “pasteloides ” en serie, que venden su letra chabacana, coludida, y para nada requerida, a los incautos de ferias subterráneas, cuando el opus en fanfarrias de imágenes y sonidos, parece un soberano convento que se desborda en los hocicos de vómitos irreverentes, ofreciendo un desprecio (en gracia) a bajo costo, y que por estos días, se presentan como un produ

:: Al Sur de los Molinos ::

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Vengo de un pequeño barrio llamado Rosenquist. Lugar ubicado al sur de la memoria de los molinos, de esta Villa Alemana eterna, que dura unos cuantos paraderos, que limita con un tranque y una cantera. Caminar por los barrios del área sur de mi ciudad, es conocer el puro chile, el puro pueblo. Ese que sobrevive en la adversidad del consumo y todas las deudas, que pone sus esperanzas en sueldos miserables, que con mucho esfuerzo hermosea sus casas, que junta cada chaucha para que los cabros estudien, que aún cree en un chile próspero y solidario. Mi barrio es de gente humilde. De aquellos que se levantan temprano, para salir corriendo al laburo. De aquellos que van colgados de las micros. Mi barrio es de albañiles, panaderos, enfierradores, ferreteros, vendedores ambulantes, asesoras del hogar, microempresarias, empleados particulares, carpinteros, poetas, muralistas, pintores, músicos, modistas, peluqueras, zapateros, garzones, empleados del aseo, auxiliares, choferes, taxi